
Mateo 12:40
“Porque como estuvo
Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo
del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.”
El texto original dice: “porque exactamente como estuvo Jonás”. La palabra de Dios tal como
fue revelada y según los usos idiomáticos de los verbos dan el énfasis exacto a
cada palabra.
Jesucristo debía estar exactamente tres días y tres
noches muerto. La palabra de Dios es tanto como Dios, cada cosa que él ha dicho
se ha cumplido cabalmente, porque las palabras en la palabra de Dios son
perfectas como él es perfecto.
Hay quienes se atreven a hacer especulaciones en cuanto a
este tema, diciendo: “que importa si fue tres o dos días lo importante es que resucitó”
yo le preguntaría a ellos: ¿le importaría que cualquiera le llamara a usted con
otro nombre y apellido? Dios es Dios justamente porque ha mantenido cada cosa
que ha dicho.
Salmos 138: 2
“Me postraré hacia
tu santo templo, Y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad; Porque
has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas.”
El nombre de Dios es tan grande como lo es su palabra, a
diferencia de la palabra del hombre que es efímera, fluctuante y carente de
verdad.
Para poder entender “tres días y tres noches” debemos
entender los horarios de los tiempos bíblicos.
Los días de la época tenían 24 horas como actualmente los
tenemos, con la diferencia que para ellos el día terminaba a las 6 p.m. y
comenzaba a las 6 a.m. con un minuto, es por ello que se habla de días y noches,
no del día como completo. Si Dios dijo tres días y tres noches eso quiere decir
72 horas exactamente, ni más ni menos.
Según la palabra de Dios, el primer día de la pascua era
de santa convocación, era un día de reposo. Por ejemplo si el primer día de la
pascua caía miércoles, ese era un día de reposo; si caía un sábado ese día era
mayor que el sábado de reposo normal, era un día solemne y tenía preeminencia
sobre cualquier día festivo.
El primer día de la pascua era el día 15 en el mes de
Nisán, el primer mes de cada año. Levítico 23:5
“En el mes primero,
a los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es de Jehová.”
Entre las dos tardes es un modismo hebreo que divide las
tardes de las 12 a las 6 p.m. esto quiere decir que la hora que divide es la 3
p.m. El sacrificio debía hacerse exactamente a las 3 p.m. allí estaba el límite
de las dos tardes. Levítico 23:6-7
“Y a los quince
días de este mes es la fiesta solemne de los panes sin levadura a Jehová; siete
días comeréis panes sin levadura. El primer día tendréis santa convocación;
ningún trabajo de siervos haréis”.
El 15 de Nisán era un día de santa convocación, la cual
duraba siete días. El cordero de la pascua se sacrificaba justamente entre las
dos tardes. Éxodo 12:6
“Y lo guardaréis
hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo
de Israel entre las dos tardes.”
El cordero sería inmolado a las 3 de la tarde
exactamente. Si vamos un poco más allá sobre este acontecimiento podemos
entender que este rito se refería a la entrega y muerte de Nuestro Señor
Jesucristo “el cordero pascual” Juan 1:29
“El siguiente día
vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita
el pecado del mundo.”
Los paralelismos entre el cordero de éxodo 12 y la muerte
de Jesucristo son exactos.
Cordero Éxodo 12 Jesucristo
1. Carne: sanidad
(Sal 105:37) Carne: (1 Cor. 10:16)
2. Sangre:
remisión de pecados Éxod 12:7 y 13) Sangre: (1 Cor. 10:16, Isaías 53)
Sí Jesucristo fue ese cordero pascual (que lo fue),
entonces cada detalle debía cumplirse a cabalidad.
Ahora indaguemos en los versículos que habla sobre la
muerte y resurrección de Jesucristo.
Marcos 16:1-6
“Cuando pasó el día
de reposo, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron
especias aromáticas para ir a ungirle. Y muy de mañana, el primer día de la
semana, vinieron al sepulcro, ya salido el sol. Pero decían entre sí: ¿Quién
nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro? Pero cuando miraron, vieron
removida la piedra, que era muy grande. Y cuando entraron en el sepulcro,
vieron a un joven sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y
se espantaron. Mas él les dijo: No os asustéis; buscáis a Jesús Nazareno, el
que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde le
pusieron.”
El versículo dice: “ha
resucitado, no está aquí”, no dice acaba de resucitar. En ningún
pasaje que hable de este relato dice que alguien “le haya visto resucitar”. Ni
Mateo, Marcos, Lucas y Juan dicen exactamente cuándo resucitó, ni quién lo vio
resucitando. Para poder averiguar o juntar las piezas, vamos a tener que ir a
otros lugares de la palabra de Dios para averiguar con precisión cuándo murió y
cuándo resucitó Jesucristo.
Jesucristo según Jonás debería estar enterrado tres días
y tres noches exactamente. Esto tiene su explicación de porqué debía ser de esa
manera. En el oriente nadie era considerado muerto oficialmente sino hasta
después de pasado 72 horas exactamente, esto era la ley, y Jesucristo tenía que
cumplir la ley, él no vino a abrogarla sino a cumplirla exactamente.
Juan 19:31
“Entonces los
judíos, por cuanto era la preparación de la pascua, a fin de que los cuerpos no
quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran solemnidad), rogaron a
Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí.”
Los judíos como ya vimos en levítico celebraban la pascua
el 14 de Nisán, quisieron apurar la muerte del Señor, porque no se debía dejar
los cuerpos en el madero, debido a que el día siguiente era de gran solemnidad
(15 de Nisán) y se le impedía a la gente realizar cualquier tarea. La puesta
del sol les indicaba que el día estaba terminando es por eso la prisa de los
fariseos. Siendo Jesucristo el cordero pascual tenía que morir exactamente a
las 3 p.m. y así ocurrió (la hora novena) tal como estaba escrito. Cuando los
soldados llegaron a quebrarles las piernas él ya estaba muerto, cumpliéndose
así la profecía que decía “no será
quebrado hueso suyo” al igual que el cordero de éxodo 12:46. Juan 19:36
“Porque estas cosas sucedieron para que se
cumpliese la Escritura: No será quebrado hueso suyo.”
Sí Jesucristo
murió a las 3 p.m. del 14 de Nisán, las 72 horas se cumplían el 17 de Nisán
exactamente a las 3p.m.
Ahora tenemos que contar hacia atrás para ver los días de
la semana. Sabemos que cuando María magdalena vino a la tumba temprano el Domingo,
la tumba ya estaba vacía. Lo que indica que Jesucristo resucitó en algún
momento de las 3 de la tarde del sábado 17 de Nisán. Jesucristo cumplió la ley,
él llevó a cabo la palabra de Dios.
Si hacemos la cuenta regresiva podemos ver que Jesucristo
murió el miércoles 14 de Nisán no el viernes como han enseñado tradicionalmente,
porque si murió el viernes es imposible que tengamos 72 el día Domingo y
entonces no se cumpliría la palabra de Dios.
Veamos los acontecimientos. Marcos 16:1
“Cuando pasó el día
de reposo, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron
especias aromáticas para ir a ungirle.”
El error de todo lo que se ha enseñado sobre la
resurrección radica en este versículo. “Cuando
pasó el día de reposo” este día de reposo no es el sábado semanal, sino, el 15 de Nisán. Las mujeres
encargadas de comprar las especies aromáticas no podían haberlas comprado el 14
de Nisán ya que en esa fecha nadie trabajaba, solo se dedicaban a la preparación
de la pascua, es por eso que tuvieron que hacerlo el 16 de Nisán el cual era
viernes. La preparación de las especies aromáticas no se hacía inmediatamente
esta labor requería “TIEMPO”. Puede ser que usted hoy en día consiga todas las
cosas hechas, pero en ese tiempo no era así; de hecho la mujer israelita hacia
cualquier otra cosa después de hacer las labores cotidianas ¡NO ANTES!, y no
podían ungirle porque no habían pasado las 72 horas de sepulcro. El problema
básico es que la humanidad ha ignorado el hecho de que esa semana tuvo dos días
de reposo el 15 y 17 de Nisán.
El sábado que habla Marcos 16:1 es en realidad el 15 de Nisán, el 17 era
imposible que lo hicieran también porque era el sábado semanal el cual era de
reposo.
Hay un versículo más que ha causado confusión por no
haber sido traducido literalmente, veámoslo. Lucas 24:21 “Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel;
y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido.”
Este es el pasaje de los hombres camino a Emaús. “hoy es ya el tercer día que esto ha
acontecido”. El arameo lo tiene como sigue: “y he aquí, tres días han pasado desde que sucedieron todas estas
cosas”,
se da cuenta la
gran diferencia en la traducción. Ven cuán exacta se vuelve la palabra de Dios.
El cristiano necesita tener la exactitud de la palabra de Dios, así como un
cirujano necesita tener la precisión para realizar una operación de cerebro ó
corazón abierto, porque el ignorar lo que hacemos para Dios, dependerá de cuan
exactos seamos a la hora de enseñar la revelación más grande puesta en las
manos de los hombres, la maravillosa palabra de Dios.
En 1 Corintios 15, Pablo explica en detalle la
importancia de la resurrección de Cristo.
Algunos en Corinto no creían en la resurrección de los
muertos, y en este capítulo, Pablo da seis consecuencias desastrosas si es que
no hubiera resurrección;
1) No tendría sentido el predicar a Cristo (v.14);
2) la fe en Cristo sería vana (v. 14);
3) todos los testigos y predicadores de la resurrección
serían mentirosos (v. 15);
4) nadie sería redimido del pecado (v. 17);
5) todos los creyentes que nos precedieron, habrían
perecido (v. 18); y
6) los cristianos serían la gente más digna de
conmiseración en el mundo (v. 19).
Pero Cristo, sí, se levantó de entre los muertos y
“primicias de los que durmieron es hecho.” (v. 20), asegurando que lo
seguiremos en la resurrección.
La Resurrección es una victoria triunfante y gloriosa
para cada creyente en Jesucristo, quien murió, fue sepultado, y resucitó al
tercer día de acuerdo a las Escrituras. Y,
¡Él vendrá nuevamente! Los muertos en Cristo resucitarán primero, luego
nosotros, los que hayamos quedado y vivamos para Su venida, seremos
transformados y recibiremos nuevos cuerpos glorificados (1 Tesalonicenses
4:13-18). ¿Por qué es importante la resurrección de Jesucristo? Porque
demuestra que Dios aceptó el sacrificio de Jesús a nuestro favor. Comprueba que
Dios tiene el poder de levantarnos de los muertos. Garantiza que aquellos que
crean en Cristo no permanecerán muertos, sino que serán resucitados a una vida
eterna. ¡Esa es nuestra bendita esperanza!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
HABER, COMENTAME LO QUE QUIERAS!