miércoles, 16 de noviembre de 2011

Que arrogantes somos al pensar que Dios nos desea


Estuve viendo un video que supuestamente es la entrada del concierto de Alex campos. Donde interpreta una canción que habla del deseo de Dios sobre nosotros.

Me dijo, sonriendo, tu eres mi deseo, tu eres lo que yo mas
Quiero, sin ti yo me desespero me dijo, eres mi luna eres
Mi cielo, eres poesía, eres todos mis sueños. Tu mi reflejo,
Tu mi anhelo eres todo lo que quiero, yo por ti muero, nada
Es completo, si no te tengo, di por ti la vida para que hoy
Seas eterno….

¿y quien te dijo que Dios te desea?
Una creación tan corrupta que lo único que le causamos a Dios cuando nos depravamos fue repulsión.
De toda la creación excelsa que hizo en este universo, de la única que se arrepintió haber hecho fue la del ser humano (…)
Entonces no me digas que en realidad Dios nos desea.

Escuchar estas afirmaciones hace pensar en realidad que el amor de Dios sobre el ser humano es incestuoso o es homosexual. Palabras perfectas para decírselas a una pareja, pero Dios no expresa esa clase de pasiones sobre nosotros. ¿Sin mí Dios se desespera? Al contrario, con nosotros se desespera.

Todas las analogías que Dios usa en la Biblia para expresarnos su amor no son inspiradas en pasiones o emociones humanas. Al contrario, el ser humano usa las expresiones sagradas del amor de Dios para expresar sus propios sentimientos y dar un sentido real a sus pasiones. Si tú eres padre ¿deseas a tu hijo con locura? ¿Deseas que esté contigo por siempre solo porque es tu vivo reflejo? Claro que no; lo que queremos es que aprenda a valerse por sí mismo, por eso es que invertimos en su educación, en su formación, para que no sea un ente dependiente de sus padres, sino que pueda tomar sus propias y mejores decisiones en este entrenamiento que llamamos vida.

El padre ama a su hijo aún cuando se descarría, eso es cierto, pero no lo desea; sino que trata por todos los medios de reivindicarlo a una vida social estable.

El verdadero deseo de Dios sobre nosotros es que vengamos a una verdadera conciencia de arrepentimiento por medio de su hijo Jesucristo. Que reconozcamos nuestra condición inmunda que le causa repulsión y si no cambiamos nuestra manera de pensar, estaremos verdaderamente perdidos.

De tal manera amó Dios a este mundo que dio a su Hijo unigénito, para que creyendo en El, no me pierda, mas tenga vida eterna”  

El mensaje central de toda la Fe cristiana es este versículo. Y en realidad está hablando de un amor inconcebible por nosotros, porque jamás haríamos algo cercanamente parecido de forma consiente como lo hizo Dios mandando a su Heredero del universo a vivir en la pocilga de mundo en la que nos encontramos. Pero este es un amor que demuestra misericordia. Nueva oportunidad.  Último recurso para recuperar lo perdido, o sea, nosotros.

No sigas creyendo que Dios te deseó tanto y se desespera si no te tiene cerca y que por esa sola razón mandó a su verdadero hijo Jesucristo a sufrir lo que en realidad nosotros debimos de haber sufrido. La cancioncita que canta el cristiano-artista en realidad nosotros deberíamos cantársela a Dios y no decir que es Dios el que piensa de esa manera.
 
Somos tú y yo los que deseamos estar en su presencia. Somos tu y yo los que debemos desesperarnos si no estamos con él. Él es nuestro deseo, lo que nosotros más queremos. Sin él nosotros moriríamos irremediablemente. Nosotros somos los que no estamos completos si no lo tenemos a él. Porque Dios, es y seguirá siendo Dios con o sin nosotros. Esto es una realidad. 
jevs.