miércoles, 14 de enero de 2009

"LA FIESTA TERMINÓ"


Lolita desde su infancia creció viviendo puntualmente las fiestas carnavaleras que
cada año se celebraban en su terruño.

Bailes de disfraces, máscaras y comparsas, desfiles de vistosas carrozas por las calles, así como banquetes caracterizan normalmente estas fiestas.
Su familia anhelaba que ella fuera una reinita, pero en el último intento que hicieron por lograrlo, casi pierden su casa a causa de las grandes deudas que se provocaron, así que ya no lo intentaron.
Siempre con la ilusión de cada año poder participar en esta vistosa fiesta, a los 17 sus papás vuelven a intentar entrar en el medio carnavalero logrando que Lolita fuera una candidata para reina del carnaval.

Los compromisos eran muchos y los gastos aun mas, Lolita se preguntaba si valía la pena incursionar, pero era el anhelo de sus padres y no los podía defraudar.
De niña solo el oropel y la música estruendosa llena de bailes y disfraces eran el significado del carnaval, hoy a los diecisiete se empieza a dar cuenta de cuanta tristeza y frustración hay detrás de la “fiesta de la carne”.
Insinuaciones, piropos ofensivos, favores a cambio de “favores”, era de lo que estaba lleno el camino al reinado, empezaba a preguntarse si esto se vería bien en su currículum de estudios al terminar la licenciatura en economía que ella verdaderamente anhelaba cursar.
Ser alguien en la vida y realizarse como mujer, con la seguridad de que a sus padres nada les faltaría en su vejez.
Pero las tradiciones del puerto estaban antes.
Sin saber Lolita como pasó, ella de pronto se convierte en la flamante reina De la fiesta, -¿Qué tuvieron que hacer mis papás?, ¿ a que sucio trato se prestaron para cristalizar su sueño de pertenecer a la “sociedad”? – era su pregunta revoloteando dentro de su cabeza, ya que ella sabia que no tendría oportunidad en la contienda pues era mas bajita que las demás y en su cara se notaban los cambios normales de la pubertad.
Al fin lo supo, un organizador quería “conocerla”, solo conocerla un poco mas.
Les dijo a sus padres que la colocaría en el medio artístico y les prometió que pronto la verían siendo la protagonista de alguna novela de moda.

El costo de esta aventura sería muy alto.
En medio del bullicio y los excesos de alcohol, esposos engañando a sus mujeres, mujeres rentando placeres y todo los demás desenfrenos que caracterizan el culto al dios Baco, Lolita, en lo mas alto del carro alegórico, llora de una manera amarga y disimulada, pues ha perdido una importante parte de su ser, su dignidad.
Cambiados caprichosamente por un momento de gloria en un titulo de belleza y un lugar en la tradición porteña.
Sus sueños de ser la mejor estudiante y una profesionista que hubiera sido útil a su país, ahora se han desvanecido.
Si tan solo alguien les hubiera dicho a sus padres que las tradiciones no siempre son lo mejor, cuando a cambio de estas se entrega la dignidad del ser humano, donde el único beneficiado, no es la familia, pues en lugar de unirla hay mas desintegración provocando adulterios y adicciones en nuestros hijos en exceso.
Ni nuestro puerto, ya que hay más violencia, delitos, el gobierno endeuda más al pueblo con dinero que no tiene, Enriqueciendo mas a los fabricantes de cerveza, en lugar de usar esos recursos para la promoción de festivales verdaderamente artísticos, o deportivos que son edificantes para nuestros hijos.
Entonces ¿Quién es el beneficiado?
Aunque no lo creas, la culpa.
Porque al día siguiente de esta fiesta, al darte cuenta de lo que hiciste la culpa es la ganadora.
Y esto siembra la frustración de haber podido llegar a tu hogar con el sustento de tu familia, sin embargo el bacanal te invitó a derrocharlo y desperdiciarlo en una alegría que al día siguiente no existirá y vuelve la culpa.
Esa persona que quiere ponerse en medio de la decisión de los padres por participar en la fiesta de la carne es Jesús.
El propósito de Jesús para nuestras vidas no es tampoco vivir una vida gris y sin diversión, al contrario, el plan de Jesús para nosotros es que la familia se una cada día mas, en amor, convivencia, y comprensión mutua, divirtiéndose juntos como familia, paseando y disfrutando de lo que Él creó para sus hijos como la hermosa playa o el bosque.
O simplemente saborear de un helado en un día caluroso sin tener el remordimiento de estar endeudados para poder participar de una fiesta que solo enriquece a unos cuantos gastando lo que no tenemos.
Jesús quiere llenar ese vacío de amor que sentimos y no sabemos porque.
Solo con Jesucristo en nuestra familia podremos ser plenamente felices, ya que el estará al pendiente de nuestro pan diario, Él personalmente cuidará de nuestros hijos y tendremos la seguridad y confianza de que no se nos perderán en algún vicio maligno.
Pero Él no lo hará si nosotros no se lo pedimos, e insistimos en sustituirlo por una fiesta pagana heredada por una tradición griega ofrecida en orgías y borracheras al dios griego Dionisio y al dios romano Baco que no tienen nada que ver con nosotros y ofenden grandemente a Dios.
Mientras tanto los papás de Lolita solo se conforman con recibir los besos que ella manda desde lo alto del “carro real”
Porque para Lolita, como dicen los americanos: “¡the party is over!” (la fiesta terminó).
Esta historia podría ser la de muchísima gente que ha visto su vida desperdiciada por una mala decisión de satisfacer momentáneamente sus pasiones sin haber tomado en cuenta el futuro que hay delante de ellos Y sobre todo sin haber dejado gobernar a Jesús en sus vidas y sus familias.
Dale la oportunidad a Jesús de ser el proveedor de casa, bendiciéndote y amándote a ti y a tu familia.

Escrito por Juan Vizcarra
jevsmzt@hotmail.com

martes, 6 de enero de 2009

"CUAUTEMIÑO EL BALÓN"


¡Aficionados que viven la intensidad del futbol!!!

-
Estamos reunidos en este estadio para presenciar la final de la copa “amistad” y queremos darle la bienvenida a todos los buenos amigos y fanáticos del rey de los deportes!

Les queremos presentar al único, incomparable rey del futbol, por el cual sin él no existiría este deporte. Les presentamos a… ¡CUAUTEMIÑO, EL BALÓN!


el balón sale a la cancha feliz y rozagante, lleno de alegría al saber que toda
esa multitud que había abarrotado el estadio estaba con el único propósito de
admirarlo y ver como domina el partido y hace una y mil piruetas en el aire. Mira desde el centro del estadio y ve las caras de los niños y adultos que vitorean juntos los himnos dignos del futbol que lo alaban.

-
¡ A continuación les presentamos a los equipos rivales que disputarán la copa amistad. Salen a la cancha el fabuloso equipo “los vencedores del norte” y saludan a la afición! Y enseguida del otro extremo de la cancha brincan al asalto el equipo de “los invictos del sur”.

¡Ahora si damas y caballeros estamos completos en este encuentro!. Los jugadores se alinean listos para esperar el silbatazo inicial.
- el corazón de Cuautemiño esta a mil por segundo latiendo fuerte, impaciente de que empiece el “juego”. No te imaginas cuanto había esperado Cuautemiño este momento de
reunirse con sus amigos los jugadores y compartir sus alegrías.

-
¡PPpprrrriiiiitttttt! Se dá el silbatazo y comienza el partido.- Cuautemiño está esperando el saludo del primer jugador pero lo que recibe es una patada fuertísima que lo manda a un costado del estadio. Al llegar directo con un compañero jugador, Cuautemiño respira un poco al ver que lo recibe parándolo al seco con un pie y lo empieza a rodar suavemente en el verde césped de la cancha, y pensó Cuautemiño: este chico si sabe jugar bien- cuando de pronto despeja con un cañonazo el jugador que lo manda cerca de lo que conocen como “la cabaña”, ahí se abalanzan casi todos los jugadores y lo surten con una serie de patadas interminables que lo único que puede acatar Cuautemiño es como salir de esa situación.

La furia de los jugadores es incontrolable, nadie da cuartel en esta guerra de “patadas y golpes” para el pobre Cuautemiño que lo único que quería era solo jugar y ser aceptado por sus amigos, que al final de eso se trataba ese encuentro, De la copa “amistad”.

Después de casi hora y media de rodar, volar, girar, dar piruetas fastuosas no sin antes recibir patadas y mas dolorosas patadas que cuando se la propinaban sentía que el alma lo abandonaba de su redondo ser, Cuautemiño decepcionado pero aún creyendo que era el dueño del estadio porque toda la gente que estaba presente lo “alababa”- decía él, sucede lo impensable: de un fuertísimo choque de jugadores con él, a Cuautemiño se le hace una herida en uno de sus ya muy raspados pentágonos negros. Y con cada patada que le daban, iba sintiendo más y más dolor y la sensación de quedarse sin aire.

Con un llanto interno empieza a pensar:
¿no se darán cuenta del daño que me están haciendo? ¿no hay nadie que entienda que lo único que yo buscaba era ser aceptado en un equipo de amigos, sin importar si soy redondo, o amarillo, o con manchas negras en mi cara? ¿no habrá un solo chico o chica que se fije en mi y en mi dolor por el que estoy pasando?

En ese momento se acordó de una canción muy viejita que cantaba el payasito de la tele y deseaba con todo su corazón que en estos momentos se volviera real y viniera la nave espacial y se lo llevara a otro planeta y poder jugar con chicos un poco extraños pero que lo valoraban y lo hicieran el rey del juego… pero no, eso no podía ser, esto es la vida real y no existen los platillos voladores.

Cuando menos pensó, después de sentir que habían transcurrido como cinco minutos… pero bajo el agua, el árbitro del partido se percató que algo no andaba bien con el balón e inmediatamente silba para detener el juego y examinar el esférico.
–este hombre serio y de negro que tiene las tarjetas de la ley en sus manos me va a ayudar…- pensó Cuautemiño. – esta gente que se ve correcta y decente siempre tienen la solución a todos nuestros problemas… el de seguro me va curar mis heridas y me mandará a descansar para encontrarme a unos buenos amigos suyos y colocarme ahí para seguir jugando con ellos- entonces al mirar detenidamente a Cuautemiño y auscultarlo como un doctor especialista, el arbitro del partido junto con los demás árbitros laterales declaran su veredicto: -¡el balón esta ponchado, ya no sirve… tírenlo y traigan uno nuevo! –
si no es porque el corazón de Cuautemiño es de goma, en ese momento le hubiera dado un infarto múltiple. ¡No podía creerlo! Lo estaban sacando de la cancha y todos los que estaban en el estadio empezaron a rechiflar en forma de burla hacia él.
Todos aquellos que al principio lo alababan ahora se estaban burlando y haciendo mofa de él.

Cerca de los palcos de los jugadores, en un lugar casi oculto y oscuro los ojos de un extraño se llenaban de lágrimas al ver lo que estaba ocurriendo. Se levanta de su lugar y trata de acercarse lo más que pudiera para ver donde iban a colocar al pobre balón desinflado,
pero la multitud mas ebria que feliz no se lo permitía, con sus grandes banderas de sus equipos favoritos y el sonido de las trompetillas y tambores le impedían siquiera escuchar donde quedaba el “bote de basura” donde lo iban a sepultar.

Salta una cerca y casi se le desgarra su camisa de marca exclusiva y cuando iba a avanzar unos guardias de seguridad le echan un grito:
-“hey, usted no puede estar en este lugar… deténgase!- Y el personaje sale corriendo con dirección desconocida por un túnel lúgubre y maloliente.
Cuando por fin sale al extremo del túnel mira unos contenedores de basura que dan exactamente debajo de las gradas superiores del estadio y ahí podían caer desde botes de cerveza hasta lo impensable que pudiera hacer un fanático del futbol con litros de cerveza dentro de ellos. Se acerca a los contenedores frunciendo su ceño como si dudara que ahí estuviera el objeto de su búsqueda pero no, no ve nada que se pareciera a un balón participante de la famosa copa “amistad”.

Pero al caer de las gradas algo parecido a los restos de unos hot dogs, los esquiva ágilmente y con su codo mueve unas bolsas y se da cuenta que ahí esta aún convaleciente su preciada búsqueda. Mete la mano hasta la mitad del contenedor y de entre los desperdicios de comida, camisetas sudadas y percudidas, hasta desechos fisiológicos, saca al pobre Cuautemiño. Con su mano enmugrecida detiene en su pecho al balón y con la otra empieza a limpiarlo y a secar con su paño finísimo de seda los excesos de basura que hay en el balón.

Al querer avanzar para salir del lugar se da cuenta que los guardias que le habían prohibido la entrada estaban saliendo del túnel y nuevamente le gritan:
-“hey, usted… deténgase ahí…”- empiezan a correr para detenerlo y nuestro personaje intenta huir pero es inútil, no hay otra salida alterna. Se tiene que parar para poder explicarles a los policías lo que estaba ocurriendo.

–“nos va tener que acompañar joven… vamos a la patrulla y ahí le explica al comandante” lo esposan y uno de ellos se lleva el “cuerpo del delito”. Al llegar a la patrulla fuera del estadio, los estaba esperando un tipo alto y obeso muy mal encarado, ya advertido por los policías con sus radios de lo sucedido, el comandante le pregunta: -“haber joven ¿de que se trata esto? ¿Qué hacia usted en un área del estadio restringida para el público? – a lo que responde nuestro amigo: -“solo quería rescatar de la basura al balón que poncharon en el partido de futbol, sabe usted… es que yo soy… - “no me interesa quien es usted ni sus influencias, aquí se cometió un delito y se va tener que pagar con la cárcel” - interrumpió el comandante. – “métanlo a la patrulla y llévenselo a la delegación”- y nervioso nuestro amigo les quiere volver a explicar, pero uno de los policías lo golpea en el estomago con su macana y lo empuja hacia dentro de la patrulla.
Cuautemiño casi moribundo en el asiento trasero de la patrulla no podía creer lo que estaba ocurriendo. Todo lo que estaba sufriendo ese hombre solo por sacarlo de la basura de donde lo habían mandado sus “amigos”.

Ya dentro de la patrulla, avanzan unas cuadras y un policía le dice a nuestro amigo: -
“mire joven, no hay necesidad de todo esto, si usted fuera agradecido con nosotros, no habría necesidad de llegar hasta estos extremos, y mucho menos llegar a la delegación, solo pónganse la del “Puebla” con nosotros, al fin que a usted le gusta el futbol igual que a nosotros y nos entiende lo que le decimos ¿verdad? De otro modo de cualquier forma en la “dele” le van a quitar todo lo que trae encima, y se ve que es mucho, usted se ve una persona muy refinada… mire piénselo bien”
–¿ y de cuanto sería el “agradecimiento” para ustedes?
–“digamos unos cinco mil chuchos ¿Qué le parece?”
- respondió el policía a lo que contesta nuestro amigo:
- ¿y me van a regresar el balón verdad?
- “¡claro que yes mi joven! Si nosotros somos personas muy honradas”
-“esta bien, se los voy a dar.” El policía que lo acompañaba a su lado le quita las esposas y saca de su pantalón una cartera muy bonita de piel fina y les da el dinero que le pidieron.
Inmediatamente lo bajan en la siguiente cuadra y le avientan su balón por la ventana del otro lado de donde estaba nuestro amigo
– “ ahí esta su mugroso balón que ´pa nada sirve jajajajaja”-
acelerando la patrulla se van con su cometido. En medio de la calle queda tirado el balón y lo vuelve a levantar y a limpiar para ahora si, llevárselo a su nuevo destino. Al momento le hace la parada a un taxi y le indica la dirección hacia donde lo llevará. Una sección de la ciudad de lo más selecta.

Al llegar a su destino se da cuenta que se quedó sin efectivo, a lo que le dice al taxista:
- “mire, voy a entrar a mi casa por un poco de efectivo, como hice una compra muy importante me quedé sin nada de suelto y no me di cuenta. espéreme aquí y ahora vuelvo” a lo que el taxista le responde: -“de ninguna manera joven, así se me han ido muchos sin pagar, déjeme algo de valor mientras usted vuelve y sirve que baja de mi taxi esa pelota que no huele nada bien que ya me perfumó todo mi ambiente”– “está bien le voy a dejar mi reloj, tómelo mientras vuelvo con el dinero”- toma a Cuautemiño que está todo avergonzado por lo que dijo el taxista y baja del taxi, y al darle vuelta a la llave para abrir su casa escucha el rechillar de unas llantas, voltea y se da cuenta que es el taxista que se tiró a la fuga –“¡mi reloj omega! Era un regalo de mi padre”

Al entrar a la casa lleva a Cuautemiño directo a un taller que tiene en un extremo de la casa cruzando un gran jardín y una pequeña cancha de futbol. Entran al taller y lo pone en una tarja de lavado y lo empieza a limpiar con mucha delicadeza. Cuando Cuautemiño estaba recibiendo ese fortificante baño, mira alrededor del lugar y mira una maquinaria que le trae vagos recuerdos a su memoria. Hace un esfuerzo por recordar ese lugar pero no lo logra. Mira también unos cuadros con fotos de muchos balones muy parecidos a él pero no iguales. Cada uno tenía una peculiaridad muy especial y como detalle todos tenían una pequeña firma que Cuautemiño nunca supo que decía porque nunca le puso atención pero todos los balones de las fotos la tenían.
Al terminar ese baño reparador lo trasladó a un lugar donde había una maquina parecida a las de coser pero mas grande, donde lo colocó y abrió de uno de sus pentágonos negros la herida que le habían hecho en el partido. Cuautemiño lanzó un chillido que a nuestro amigo restaurador le pareció que era solo la costura rompiéndose. Entonces nuestro amigo le empezó hablar al balón y le decía:
-
“Cuautemiño, te tengo que abrir la herida para poder cambiar tu alma de goma rota y ponerte una nueva y más resistente. Tranquilo, cuando termine vas a ser un nuevo balón y vas a tener un nuevo propósito en tu vida” Cuautemiño le sonrió y dijo dentro de si: -“si es necesario para poder ser sano y útil nuevamente, haz lo que tengas que hacer mi amigo.”

Entonces nuestro amigo comenzó a abrir unos pentágonos de su cuerpo y sacó el alma de goma que está dentro de los balones y colocó otra de mucho mejor calidad y mas resistente. Entonces lo metió a la maquina de coser y empezó a hacer los trazos de costura como todo un experto.

Cuando terminó el trabajo, Cuautemiño era un balón nuevo, lleno de un aire especial que no era el común y corriente que cualquier balón tiene. Este es una mescla de aire y una sustancia especial que lo hace más ágil y puede volar el doble de lo que los demás lo hacen.
El nuevo amigo de Cuautemiño lo toma en sus brazos y le empieza a hablar:
-“te preguntarás Cuautemiño porque me tomé tantas molestias para volverte a la vida. Veras, mi nombre es Salvador, Salvador Adidas. Soy tu creador. Esa pequeña marca que tienes en tu cuerpo es mi firma puesta en ti para que recordaras quien te hizo. Tú no eres un balón común y corriente. Cada uno de mis diseños son únicos. Ningún balón que yo hago es igual a otro. A ti te di una personalidad muy diferente a la de cualquier otro balón. Puse en ti la necesidad de ser amigable para que pudieras hacer equipo con cualquiera que jugara contigo.
Desafortunadamente te relacionaste con gente que no te supo valorar y te tomó como solo una pelota a la cual patear sin ningún significado. Cuando te vi en esa competencia de la copa de la “amistad” supe que no pudieron elegir a otro mejor que tu, ya que tu fuiste hecho para eso, para hacer amigos. Pero también vi el egoísmo que corre por las venas de los jugadores “profesionales” y supe desde un principio que te harían daño. Ellos no saben disfrutar un juego si no hay de por medio dinero, fama, y otras cosas que tu no entenderías.

Desgraciadamente es lo que inculcan a los jóvenes del deporte, que si no son “profesionales” no son nada en la vida, y se olvidan que el juego es simplemente eso, un “juego”. Con el cual se pueden divertir, tener disciplina en sus vidas, ser amigos, y sobre todo: ser personas sanas para ser útiles.

Vi como te trataron sin ningún respeto y solo saciaban su sed de ser “los mejores”. Sufrí mucho en la tribuna en cada patada y golpe que te dieron. Y cuando te hirieron no pude más que levantarme y ver que harían contigo. La decisión del árbitro fue la peor para ti, pero fue la ocasión para mi de ir por ti y darte una nueva oportunidad de tener nuevos amigos.
No me importa la camisa que rompí, ni la suciedad que toqué para sacarte, ni las cosas materiales que perdí, lo importante es que estas en casa conmigo. Y ahora te voy a mandar a un lugar donde vas a ser feliz tu y vas a hacer feliz a muchos jóvenes que no tienen la oportunidad de tener un balón como tú ni mucho menos tener amigos, ya que a ellos los juzgan por ser diferentes a los demás.


Así al día siguiente Salvador llevó a Cuautemiño a un campamento de rehabilitación para jóvenes discapacitados y Cuautemiño fue muy feliz con esos jóvenes porque conoció a nuevos amigos que sí lo apreciaban y él ahora podía entender el propósito en su vida: ser útil a los demas.

¿Conoces a algún Cuautemiño?

Escrito por Juan Vizcarra.
jevsmzt@hotmail.com

"LLEGASTE"


¿Cuanto tiempo fue suficiente para llegar?

¿Lo hiciste de pie o cabalgando?

¿Te fue larga la espera de volverlo a ver?

Me doy cuenta que fueron días de camino

Pero llegaste hasta el lugar



Todos estaban de pie reunidos

Solo te esperaban a ti,

Todos pendientes de un suspiro.


Creo que algunos mensajeros alados

Te abrieron la brecha al pasar

Con tal de no encontrar piedras en el camino

Que te pudieran hacer tropezar.


Al fin llegaste..

-“todos de pie.. Que la ceremonia esta por comenzar”

O al menos algo parecido se escuchó gritar en la naturaleza


-“casi no puedo contener mis lagrimas, ahí esta

Pero por hoy se me ha prohibido llorar”- susurró la nube..


-“abrazalo, fuerte, que no lo valla a resbalar

Esta dentro de mi, lo puedo sentir”- emocionado el río está..

-“si el trueno nos quiere fotografiar este es el momento, ah! Me llamo Jordán”


Las nubes se conectan al cielo como un potente altavoz

(Si en verdad serán útiles, lo van a ser en esta ocasión)

Prepárate paloma para la foto del recuerdo

Por fin los veo a los tres reunidos en esta ceremonia de graduación.

Juan, docente, lo has hecho bien.

Porque su padre ahora dice:

-“este es mi hijo amado, en verdad estoy complacido”-

Paloma, Se siempre con Él.

"HERALDO"



Todo tiene su principio ¿como es el tuyo?

El mío fue en una solitaria figura

Que las lejanas voces no pudieron callar,

Que las cercanas memorias no pudieron hablar.



Heraldo de centurias anunciaste su arribo.

Se preparó la avenida y se adoquinaron los pensamientos,

Algo grande esta por pasar, por recorrer esta imperial avenida.

Hay un concierto de millares de microespectadores candentes

Esperando tu primera nota…



Y la esfera eslabonada de partículas genuinas

Presenciaron el cambio de sentimiento,

Y en algún lugar del la matriz del río

Hubo confusión por la revuelta arena

Alrededor de los pies presurosos a la oportunidad

De volver a escribir sus historias en un libro en blanco,

Quizá la última que puedan tener.


¿Será posible que el día haya llegado?

¿De poder conocer a la fuente

Sin la fría solemnidad existente?

No esperaré la respuesta

Solo la tomaré.

Esa aturdidora voz me esta haciendo sentir que necesito

Un trago de vino nuevo para poder seguir

Conociendo,

Verdaderamente conociendo..


Estoy cansado de solo husmear y nunca probar

De solo mirar y nunca sentir,

Esa extraña miel que degustas sería un manjar para mi.

El ayuno de mi vida con gusto te lo entrego por solo un chapulín

¿Qué clase de zapato usa que no te animas a acordonar?

Tu, que haces estremecer al mas insípido extraño

Con tu desértico clamor

¿Acaso estamos al atardecer por fin de la opresión?

Estoy intrigado,

Quiero conocer al poseedor de tal calzado

Mis penas están por desbordarse y mi necesidad de admitir un perdón gritan ..

¡Te quiero conocer!

Apresura tus pasos oh poderoso

Esto esta por estallar,

La historia esta en pañales a pesar de su edad

Solo Él la puede partir

Solo tú lo puedes hacer.

Encuentra la forma de hacerme llegar

El boleto ganador

La primera fila está al final.

Pero se que a quien esperas no viene solo

No me bastará un solo mar,

Necesito sentir al espíritu del que te acompaña

Sentirlo recorrer toda mi fugas presencia

Como un aceite que hierve para cambiar de piel

Y proteger al castillo

(Si es que queda algo de el en mi),

O al menos en mi humilde morada

Mánchalos en mi dintel

Bautízame.

Juan Vizcarra