lunes, 7 de mayo de 2012

¿Qué hubiera pasado si Adán hubiera obedecido?


     A continuación quiero compartirte un cuento que escribí para poder explicarles a los adolescentes de mi clase de lo que nos perdimos por haber dejado que el diablo se robara la autoridad que tenían como hijos de Dios al ser creados los primeros habitantes de la tierra.
     De antemano te pido una disculpa si crees que este cuento es una herejía pero ya le pedí perdón al Señor por haberlo escrito (y creo que si me perdonó)
   
     De cualquier forma espero que lo disfrutes!!!

(Gn 1) En el principio creó Dios los cielos y la tierra… 26Y dijo Dios: Hagamos al hombre á nuestra imagen, conforme á nuestra semejanza; y señoree en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en las bestias, y en toda la tierra, y en todo animal que anda arrastrando sobre la tierra. 27Y crió Dios al hombre á su imagen, á imagen de Dios lo crió; varón y hembra los crió. 28Y los bendijo Dios; y díjoles Dios: Fructificad y multiplicad, y henchid la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra … y así obedeció Adán a Dios.

       Empezó Adán y su esposa Eva a labrar la tierra para que fuera una tierra fértil llena de fruto limpio tal y como le agradaba a Dios. En lugar de pensar que el huerto era para él un lugar de descanso paradisiaco, lo convirtió en un lugar modelo en toda la tierra por su belleza y capacidad de dar buenos frutos de la horticultura que hacían en él.

       Conforme pasaba el tiempo desde que Dios le dió la orden a Adán de fructificar y multiplicarse, ellos caminaban por el huerto y cada vez aprendían más del Señor que los visitaba personalmente y les enseñaba cuál era su propósito en la tierra, no solo en el huerto.
       Porque podrían pensar ellos que era todo lo que había en la tierra, pero no era así. En la tierra había mucho más (continentes, extensiones de agua, etc.) y ellos necesitaban aprender a señorearse de ella para así sojuzgarla de manera sabia. Había que aprender sobre el comportamiento del mar, sobre aves y animales terrestres para que sean útiles al hombre y a la naturaleza.
      
      En uno de esos paseos Jesús les enseñó una nueva artesanía para que tanto Eva, que era la más creativa y detallista le diera su toque especial, así como Adán que era el mayordomo principal del huerto le ayudara a Eva a buscar la materia prima y obtenerla o forjarla. Era: “el vestido”
    Jesús le dijo a Adán cómo podía cortar el pelaje de las ovejas y de ahí obtener un abundante hilo grueso que al peinarlo e hilarlo, podrían tejerlo y así confeccionarse túnicas y cobertores muy útiles para el tiempo de frio. Ellos habían sugerido en primera idea un tipo de delantal, pero el Señor les propuso que fueran mejor piezas completas. Así también Jesús les enseñó a cosechar algodón y de la misma forma que la lana, les dio la técnica para saber hilarlo y confeccionarse ropa mas liviana para el tiempo de calor. Esto sin necesidad de sacrificar ningún animal inocente para obtener de ellos la piel, que más adelante sería útil para otros usos.

       En una ocasión caminando Eva por el huerto se encontró con una serpiente que hacia tiempo que ella había notado que la observaba por varios días con mucha insistencia como tratando siempre de encontrar la oportunidad de hablar con ella. Hasta que se acercó Eva y no perdió la oportunidad esta serpiente de hacerle un comentario: -“¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto (Gn.3)? (Como tratando de confundirla)
2Y la mujer respondió á la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto comemos;
3Mas del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, porque no muráis.
4Entonces la serpiente dijo á la mujer: No moriréis;
5Mas sabe Dios que el día que comiereis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como dioses sabiendo el bien y el mal.
6Y vió la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable á los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto… pero no comió, sino al contrario, ella se dio cuenta de lo que trataba de hacer esta serpiente y lanzó un grito para llamar a Adán, que en menos de lo que pensaban ya estaba ahí con Eva preguntándole que había ocurrido: -“esta serpiente está tratando de confundirme para que coma de este fruto pero no se lo permití…”
Entonces Adán le ordenó a esa serpiente que saliera inmediatamente del huerto, no fuera que hiciera caer a alguno de sus hijos también.
       En la tarde cuando acostumbraba el Señor visitarlos, Adán le platicó todo lo que había ocurrido, entonces el Señor se alegró del actuar de sus hijos y les prometió que pronto les daría una nueva bendición que disfrutarían mucho por cuanto Eva no había hecho alianza con la serpiente y Adán juzgó con sabiduría y autoridad a esa serpiente.
    
       Con el pasar del tiempo Adán y Eva habían madurado muchísimo en sabiduría y autoridad, criando a sus hijos en el temor de Dios y enseñándoles todo tipo de artesanías como también la herrería, carpintería, la construcción y edificación de viviendas, música, etc. Pero sobre todo a disfrutar de la comunión del Señor al visitarlos en el huerto que mas que un huerto, se había convertido en un santuario donde podían acudir a disfrutar del toque maravilloso de Dios y podían pasar horas y horas y no era suficiente el tiempo, siempre que estuvieran con él. Así Dios por medio de Jesús los preparaba para esa encomienda muy especial que tenía preparado para ellos. Una encomienda que iba ser de gran bendición para toda la humanidad.

       En algunas ocasiones Adán se despertaba en las noches emocionado por algo que muy recurrentemente soñaba. Al amanecer el día y después de sus labores en el huerto vino el Señor a visitarlos y Adán no perdió la oportunidad de preguntarle al Señor ¿Por qué muy recurrentemente soñaba que podía volar? Que se podía elevar al estar caminando o haciendo algo y corría para tomar impulso y elevarse en vuelo, que hasta en ocasiones sentía temor de elevarse tan alto y prefería bajar con precaución.
A lo que el Señor le respondió que precisamente de eso se trataba la bendición que tenia preparada para ellos:
-“necesito que se preparen muy bien aquí en la tierra porque llegará un día que serán muy maduros en años y ya no podrán vivir en esta tierra. Imagínate Adán, hasta ahora no ha habido necesidad porque nadie ha cumplido todavía su tiempo aquí en la tierra pero llegará el tiempo  en que van a pasar siglos y siglos y toda la humanidad que ha nacido no podría caber toda junta en este planeta. Es ahí donde va a entrar en acción el plan que el padre ha tenido para ustedes.
     Dios a querido que ustedes puedan estar en su presencia y habitar junto con él, y disfrutar de todo lo que hay en el lugar donde el habita: el cielo. Donde todo es irradiado por su esplendor. Los ángeles, sus siervos, están sirviéndole día y noche alabándolo y celebrando eternamente su poder y gloria. Y los ha diseñado a ustedes para poder hacer algo increíble para que puedan estar con él… ¡volar!
 ¡Si! Vas a poder volar.
Es por eso que sueñas muy a menudo con esto, porque el Padre tiene un tiempo en el que ya no podrán vivir aquí y les dará a comer de ese árbol que está esperando que ustedes lo prueben primero: el árbol de la vida. Y cuando estén listo y lo prueben, Dios permitirá que hagan un viaje en donde en un abrir y cerrar de ojos estarán en la presencia del Padre  con la velocidad que los ángeles pueden volar, una velocidad ¡hipermacrosupermegavertiginosa! –“hiper… ¿Qué?” preguntó Adán.
-“no importa, después lo entenderás. Es por esta razón que el Padre quiere que se preparen muy bien aquí en la tierra, que aprendan de mi todo lo posible, para cuando se llegue el día y estén en su presencia podrán realizar las actividades que él les asigne y les diga: buen siervo; pues que en lo poco has sido fiel, tendrás potestad sobre diez ciudades.(Lc. 19:17) porque no creas que en la Gloria solo vas a estar “tocando una arpa” ¡claro que no! Pondrás en practica lo que aprendiste aquí en la tierra: adoración, mayordomía, canto, y mucho más…”

     Todo esto y mucho más posiblemente hubiera pasado si Adán hubiera obedecido.
Pero tristemente conocemos la historia real, nuestra ilusión no nos alcanza para seguirnos imaginando y preguntando ¿Cuál hubiera sido la historia sin la entrada del pecado y por consecuencia la muerte en nosotros?
Doy gracias a Dios por su hijo Jesucristo, quien sin su decisión por venir a la tierra y enmendar el gravísimo error de Adán, no estaríamos aquí haciendo uso de la imaginación para recrear el final de una historia que hubiera podido concluir de una manera más romántica.

¡Gracias mi amado Señor Jesús que a pesar de tener una naturaleza pecaminosa aún así me amas y quisiste rescatarme, arrebatándole la autoridad al diablo que Adán le cedió. Muriendo en lugar mío para darme la oportunidad de amistarme con el Padre… GRACIAS AMADO SEÑOR JESUCRISTO!

escrito por:
juan vizcarra.