martes, 22 de julio de 2014

PIERCINGS, TATUAJES Y EFECTOS SECUNDARIOS

¿Qué tan mal visto es un tatuaje en el ámbito laboral?

Esta pregunta nace de una encuesta que hicieron para jóvenes en edad de ser productivos y que están en busca de trabajo.
Aquí te presento uno de los comentarios de un encuestado:
“Depende de qué tipo de carrera y en que ámbito laboral te quieras o tengas que desarrollar. Te comento que en mi caso mi carrera es para el sector gobierno en el cual si son mal vistos los tatuajes, sobre todo si son para entrar a convocatorias. En cambio un amigo que se desarrolla diseño gráfico en una empresa privada no es tan mal visto. Eso es algo que tienes tu que checar.” 

Otro comenta:
“Un tip que te puedo dar, es que si son muchas tus ganas de tatuarte, para que no tengas problemas es que sea en un lugar poco visible o que lo puedas ocultar fácilmente. Por decir, en la muñeca no te lo recomiendo, pues aunque uses manga larga con el movimiento se te pueden ver, en cambio en la espalda seria más difícil que se te vieran, etc... Aunque… ¿qué caso tiene hacerte algo que no lo puedas usar ni lucir? Si te tienes que andar escondiendo entonces no habrá paz en tu vida y siempre te sentirás culpable de habértelo hecho lo justifiques como lo justifiques.”

Piercings y efectos secundarios
Un joven que se puso un piercing en la lengua, comenta:
 “…Ya casi no me duele, los primeros días tenía la lengua muy inflamada, casi no podía comer, me tomaba sólo los caldos. También se me trababa el arete cuando hablaba aunque, ahora ya me acostumbré…”. Sin embargo, esta clase de molestias pueden aumentar, pues existen otros riesgos físicos que pueden afectar drásticamente la salud.

Dolor e inflamación en las encías, dientes dañados, infecciones, e incluso pérdida de algunas piezas de nuestra dentadura son algunos de los ‘efectos secundarios’ de una moda que está causando furor, además de muchos problemas, ¿el responsable? El piercing.

Un estudio publicado por el Journal of the American Dental Asociation (JADA) afirma que las personas que llevan piercing en la boca, estando los más frecuentes en la lengua o en el labio, corren el peligro de sufrir problemas gingivales graves, para los cuales, de momento, ni siquiera la cirugía ofrece solución.
Una de las consecuencias más comunes es la contracción de las encías, con lo que el diente queda desprotegido, pudiendo llegar a caer. Una de las participantes de la investigación, de 19 años, había llevado durante un año un pendiente con forma de barra. En una primera revisión se detectó que sufría  una retracción de la encía en uno de sus dientes de 6 milímetros. Cinco meses después esta disminución era ya de 8 milímetros. En concreto el piercing en la lengua, que es el más común (81%), provoca daños principalmente detrás de la encía inferior. El de labio (38%), sin embargo, afecta a la parte frontal de ésta. Otros ‘adornos’ orales peligrosos son los que se hacen en la mejilla o el freno de la lengua, aunque estos se realizan con menor frecuencia.
Otras de sus consecuencias pueden ser, dificultades para hablar, infecciones bucales e, incluso, dientes rotos. Los piercing de la boca pueden producir complicaciones de aparición tardía, como dificultad en la higiene oral, roturas de dientes (uno de los trastornos, curiosamente, mas referidos), alteraciones en la producción de saliva y dificultades en la masticación.

ASPECTOS BÍBLICOS
En la Biblia también encontramos casos de perforaciones.
Las perforaciones por aretes, o zarcillos sea que fueren en la oreja, nariz u otra parte del cuerpo, siempre representaba que la persona que los usaba pertenecía a otra, es decir, era esclavo de alguien y esos accesorios se usaban por si había necesidad de trasladarlos a algún lugar, de ahí prendían alguna cadena y eran jalados (en el caso de que fueran esclavos de trabajo) y si solo los traían en su cuerpo, era para que hubiera la constancia de que la persona no era alguien libre, sino que pertenecía a alguien.

En Génesis 24:47, dice, “…Entonces le pregunté, y dije: ¿De quién eres hija? Y ella respondió: Hija de Betuel hijo de Nacor, que le dio a luz Milca. Entonces le puse un pendiente en su nariz, y brazaletes en sus brazos…”.
 Con este acto se sabía que la mujer ya iba a pertenecer a alguien, aunque en este caso sería como esposa y no como esclava, pero era la señal de que ya no la podía reclamar nadie más.

En Ezequiel 16:12, leemos, “…Puse joyas en tu nariz, y zarcillos en tus orejas, y una hermosa diadema en tu cabeza…”.
 Aquí vemos una analogía de parte de Dios hacia Jerusalem diciéndole que él era su dueño y le pertenecía solo a él, haciéndole ver todos los cuidados que Dios tenía para con ella siendo de su propiedad. (ver todo el capitulo 16)

La ley prohibía a los judíos tatuarse, “…ni imprimiréis en vosotros señal alguna…” (Levítico 19:28). La versión Dios Habla Hoy, dice, “…No se hagan ninguna clase de tatuaje…”.

Desde luego, esta información bíblica es extraída del Antiguo Testamento, y aunque no podemos llegar a prohibirlo en base a estos textos bíblicos, tampoco podemos justificar tales prácticas.

  
 ¿Será, pues, pecado que el joven cristiano se haga perforaciones y tatuajes?
Si no podemos encontrar una guía espiritual en el Antiguo Testamento, ¿qué nos dice el Nuevo Testamento? Pues es precisamente en el Nuevo Testamento donde encontramos varios principios espirituales, los cuales nos presentan suficientes razones para evitar tales modas.

Debemos glorificar a Dios también con el cuerpo. Tal vez este es uno de los aspectos menos mencionado cuando se trata de glorificar a Dios. Se ha puesto mucho énfasis en la doctrina, es decir, en que debemos tener cuidado de lo que creemos. También se ha puesto énfasis en lo que decimos, en lo que vemos, incluso hasta de lo que bebemos.
Pero, ¿qué hay del cuerpo? ¿El uso correcto del cuerpo se limita a la vestimenta? No, sino también al uso que le damos al cuerpo mismo.

Pablo escribió, “… ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios…” (1 Corintios 6:19, 20).

La enseñanza es clara, debemos glorificar a Dios también con el cuerpo. De ahí que el cuerpo sea templo de Dios. También la Biblia enseña que debemos exaltar, magnificar a Cristo en nuestro cuerpo manteniendolo lo mas limpio, agradable y sano posible (Filipenses 1:20).

CONCLUSIÓN
Sumando todos los aspectos que hemos considerado aquí, creo que los principios espirituales son una razón más que suficiente para que el joven que ama a Dios se aleje de modas como los tatuajes y las perforaciones. No honran a Dios, ni al cristiano. Son corrientes que el mundo ha estado siguiendo.

Tome en cuenta que no son formas de arreglarse sugeridos en la Biblia ni por cristianos. Todo viene del mundo y muy relacionados con formas de vida licenciosas y con problemas de carácter emocional. Los hijos de Dios no tienen por qué ir en tales corrientes. Porque no queremos tener que ver con la delincuencia, ni por apariencia, ni mucho menos debemos dejar que algún problema emocional nos aísle de la familia y la sociedad, al presentarnos con un aspecto raro ante quienes nos rodean.


“…Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta…” Romanos 12:1, 2

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