TIRANDO LA TOALLA

¡Es un encuentro de exhibición, pero va de por medio el orgullo americano!

Apollo Creed le hizo prometer a su amigo de mil batallas Rocky Balboa,

que pasara lo que pasara él no tiraría la toalla por ningún motivo.

Comienza el asalto de la pelea mas vista en ese momento. Iván Drago, un atleta soviético orgullo de la tecnología creada en la guerra fría para la evolución de sus soldados, es el contrincante a vencer, pero supera a Apollo en altura, fuerza y juventud por mucho.

Apollo ataca a su adversario con mas carácter que fuerza, e intenta conectar algún jab que pudiera mermar la fortaleza de este increíble soldado programado, pero es inútil.

Al comenzar a atacar Drago, sus golpes son contundentes y cada vez más mortales.

Desde el palco de honor la esposa de Apollo desesperada y en un llanto espera que su mejor amigo tire la toalla al centro del ring para detener esta masacre.

Igualmente el manager de toda la vida de Apollo

grita desesperado a Rocky que no espere más,

¡tira la toalla ahora!

¿Cómo hacerlo?

Si le había prometido a su amigo que pase lo que pase

no tirará esa dichosa toalla para detener la pelea aunque le costara la vida.

Y en la batalla campal Drago conecta un tremendo golpe a la mandíbula de Apollo que todo el recinto se estremece, y al ir cayendo sin remedio y sin sentido Apollo a la lona,

Rocky avienta la toalla para caer al mismo tiempo que el peleador para no volver a levantarse.

Son las 6 a.m.

Suena el despertador. Ernie se despierta mas no se levanta, espera que algún tipo de milagro haga que repentinamente un huracán ataque la ciudad donde vive para no poder salir de su casa y no presentarse a trabajar.

Pero no es así, el día comienza más soleado y caluroso que de costumbre y por fin se convence a levantarse y hace toda la faena para estar listo y en dos horas estar en su trabajo ponchando una tarjeta que delata su presencia en ese lugar.

Ernie siempre había sido un empleado entusiasta y creativo.

A tratado de siempre ser propositivo en todo cuanto pueda y ser parte del surgimiento de su empresa donde labora.

En muchas ocasiones le ha compartido a sus compañeros en esos ratos del coffee break las ideas que ha tenido sobre como mejorar muchas áreas en las que su empresa podría sobresalir aún mas, pero todo a quedado ahí,

ya que la gerencia nunca le ha dado la oportunidad de compartirles su visión de las cosas por considerarlo solo un simple obrero y nada más… hasta el día de ayer.

Un memorándum es pegado en la entrada de la oficina

donde Ernie labora: “junta a las 4 p.m.”

extraña hora para hacer las juntas pero se tienen que presentar sin remedio.

Ya en la junta el manager principal empieza a dar pormenores de cambios y decisiones que la empresa ha tomado.

De pronto empieza a escuchar una propuesta que había hecho un muy buen obrero de la empresa sobre como aumentar las ventas y tener mas presencia en los hogares de los consumidores por medio de unos spots publicitarios en forma de comentarios o menciones dentro de un programa de televisión local muy visto y aceptado por toda la ciudad.

Al escuchar esto Ernie, empezó a emocionarse ya que esa idea era de su autoría tal cual la habían mencionado.

“y queremos compensar de una manera generosa tanto en lo económico como en lo laboral al creador de tan distinguida propuesta, que nos ha llevado a mejorar las expectativas de nuestro emporio…” comenzó a decir el manager principal,

Ernie no podía estar mas alegre por la contribución que había hecho a su lugar de trabajo y además de la recompensa por parte de sus jefes ¡era fabuloso!

“por favor den un merecido aplauso a nuestro fiel empleado el señor… DAVID LOPEZ”

¡Queeeeeeeé…! ¿David López? Esa idea es mía!

Decía dentro de si

apretando de manera inconsciente su vaso con café cayéndole en la mano.

David era uno de sus compañeros de trabajo con los que platicaba muy amenamente, y siempre se mostraba muy interesado en todas sus pláticas y todo lo que él les compartía.

Pero un buen día David tuvo a bien comentarle a su cuñado que era precisamente el manager principal y por quien laboraba en la empresa, las ideas de Ernie como si fueran de él, y de esa forma se ganó la promoción con todas las compensaciones subsecuentes.

La mirada y sonrisa feliz y radiante de David al ver a Ernie

era como de decirle secretamente. “yo solo tomé el balón que tu me soltaste…”

Ernie estaba deshecho. Su moral estaba por los suelos y su desconsuelo no solo era por lo que había ocurrido, sino por todas las demás situaciones por las que estaba pasando.

Su hijo mayor estaba en el bachillerato y no sabía como iba a pagar el siguiente semestre para que siguiera estudiando.

Su pequeña hija necesitaba unos zapatos ortopédicos y

no contaba con ningún recurso para poder dárselos

ya que desde el primer tratamiento ya es muy costoso.

Sin mencionar que él no estrenaba zapatos desde hacia más

de tres años y eso ya se reflejaba en el sabor de la goma de mascar que pisaba al caminar.

“Estoy a punto de tirar la toalla”-

decía dentro de sí muy frustrado y decepcionado.

Cada uno de nosotros tenemos unas capacidades impresionantes para ser creativos y no quedarnos solo a la orilla del camino mirando a lo lejos los triunfos de otros.

A veces creemos que cuando tenemos una Fe todo tiene que ser perfecto y prospero, pero te empiezas a dar cuenta que la realidad es muy distinta,

que inclusive tienes a veces más problemas de los comunes.

Y nos sentimos como si estuviéramos peleando con un ruso gigante programado para matar.

Las adversidades y las limitaciones siempre van a estar presentes en nuestra vida;

Hasta el mismo Jesucristo nos hizo una promesa de eso: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción..”

Pero… ¿Quién tiene que tirar la toalla?

A nosotros no nos corresponde tirar la toalla, nosotros somos los boxeadores y los boxeadores no corren a la esquina y se salen del ring para buscar la toalla y luego tirarla desde fuera.

Es el ENTRENADOR quien decide que tanta capacidad tienes para seguir luchando. Cuanta fuerza te queda en el cuerpo para seguir con aliento de poder volver a levantar los brazos cuando te está doliendo todo tu ser y poder inspirarnos de aliento y lanzar un golpe más.

Es tu manager quien decide cuando tirar la toalla al centro del ring.

En la película ROCKY IV, era una decisión muy difícil ya que Rocky no era su entrenador, pero Apollo le asignó a él la decisión de tirar o nó la toalla ya que era el amigo en quien más confiaba y sabía que no lo iba a defraudar.

Todo estaba en contra de Apollo, pero él quería demostrar que el carácter y el orgullo de lo que representaba para su país que había dentro de él jamás iba a ser quebrantado aunque eso le costara la vida,

y su mejor amigo sabía eso.

Una decisión muy tonta para muchos pero no para el que lo está viviendo

y se da cuenta de su capacidad que Dios le ha dado y que la vida no termina aquí,

sino que empieza y siempre hay un nuevo día para volver a empezar y que jugarse la última carta lo es todo.

Volviendo a la película, la historia no termina con la muerte de Apollo,

termina con la victoria de Rocky en contra de Drago el ruso,

en una forma de defender los ideales de su amigo y demostrar que su muerte no fue en vano. Poniendo por tierra la creencia de que Drago era una maquina invencible y demostrando que era solo otro humano más luchando una guerra ajena.

También quiero concluir el texto de la Biblia que nos muestra

a Jesucristo como el entrenador de nuestra vida

quien te puede inspirar y enseñarte a luchar con cualquier adversario que se te presente;

Que a diferencia de Rocky y Apollo, Jesucristo venció a nuestro adversario mucho antes de nosotros subirnos al ring de la vida.

“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Sn. Juan 16:33

¿Quién es tu manager o entrenador?, ¿en manos de quien estas?

Por: Juan Vizcarra

jevsmzt@hotmail.com