miércoles, 21 de diciembre de 2011

CLARO QUE CELEBRO LA NAVIDAD


    ¡Luces de colores!, ¡posadas!, ¡regalos!, la familia completa reunida para degustar exquisitas cenas, niños sin sueño esperando ansiosos la primera luz del 25 de diciembre para el gran descubrimiento....todo esto es sinónimo en nuestros tiempos de un acontecimiento...la NAVIDAD.

    Es un tiempo donde renace dentro de nosotros la ilusión de poder empezar un nuevo año sin rencores y con las esperanzas de que todo irá mejor, pero ¿sabes porque precisamente en esta época del año, tenemos estos sentimientos de esperanza y amor?

   Hace más de dos milenios, el mundo tuvo el cumplimiento de una de las profecías más importantes en la historia de la humanidad, la profecía fue dada mucho, pero mucho tiempo antes de su cumplimiento por el profeta Isaías, que dice así:

Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite” Isaías 9:6,7

  La profecía fue cumplida en un tiempo donde la tierra se encontraba en una esclavitud agobiante y no había esperanzas de mejores tiempos, ni de poder escapar del imperio que abusivamente reinaba. Dios volteo su mirada a la tierra y se compadeció de nosotros dando una ultima oportunidad de tener una relación con la humanidad, permitió que su único hijo dejara su condición divina y se vistiera de hombre para venir a la tierra y cumplir la profecía que Dios había prometido, y como Dios no es un hombre para mentir, ni es un hijo de hombre para arrepentirse de lo que prometido, cumple haciendo que su hijo Jesucristo venga y nazca en la tierra de Belem, en Israel, la tierra del rey David.

  La palabra “Navidad” (natividad) significa “NACIMIENTO”, lo cual nos lleva directamente al Nacimiento de Jesús. La humanidad tiene un “nacimiento de esperanza y libertad”, aunque la gente esperaba a un libertador con toda la majestad de un rey terrenal, el propósito de Dios iba mas allá de solo hacerlos libres terrenalmente, nos quería hacer libres de poder acercarnos a el sin ninguna barrera de culpa o pecado, y poder consolarnos, aconsejarnos, ser nuestro Dios personal, y darnos su majestuosa paz (vea la profecía), hacernos
 “VERDADERAMENTE LIBRES”; y esto solo es posible por medio de conocer a su hijo Jesucristo, ya que Jesús obtuvo una condición humana como la nuestra y comprende perfectamente nuestras debilidades y nuestras necesidades.  

  Es por eso que en estas fechas sentimos que tenemos mas esperanzas de que todo puede ir mejor para nosotros y para los nuestros, porque nuestro espíritu reconoce al verdadero significado de la Navidad, solo necesitamos reconocer en nuestra vida al principal motivo de la Navidad, Jesucristo. Acercarnos a El, pedirle que Nazca en nuestros corazones por siempre y cada día haciéndonos mejores, y reconociendo que no somos dignos de acercarnos a El, pero clamando a su misericordia, por medio de Jesús, nos acepta como sus hijos.

 ¡Imagínate que sintieron los pastorcitos que cuidaban ovejas esa preciosa noche! cuando nuestro salvador NACIÓ y una legión de ángeles les dijo:
“No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.” Lucas 2:10-11

  El verdadero sentido de la Navidad, no es Santa Claus, (que al final es un hermoso cuento navideño, que perfeccionó la coca cola), no son las “posadas” o fiestas navideñas, ni siquiera son los regalos que recibimos esa hermosa mañana, ya que todo eso lo vuelve efímero y pasajero.
Celebrar la Navidad pensando en lo anterior sería como que la gente hablara de lo hermosa que fue la fiesta de cumpleaños de tu hijo, y nunca se fijaran en tu hijo.
Navidad es la oportunidad diaria y por siempre de que Jesús nazca para ti.

  Sorprendentemente hay personas que se dicen estudiosas o eruditas en el tema que nos quieren echar por tierra esta festividad argumentando que Jesucristo no nació en la fecha celebrada, o sea el 25 de Diciembre. Por lo tanto es una herejía celebrar el acontecimiento en esta temporada. Esto es verdadero hasta cierto punto. Por convención se llegó a la determinación de celebrar el nacimiento de Cristo el 25 de Diciembre ya que se desconoce la fecha exacta porque la Biblia no lo menciona.
Pero hay un comentario del rabino mesiánico Dan Ben Abraham muy interesante, El dice:

“es imposible que Jesús haya nacido en época de invierno, ya que en esa temporada la temperatura baja considerablemente por las noches y es imposible que los pastores estuvieran cuidando ovejas en las llanuras bajo esas condiciones climatológicas.
Las costumbres judías nos dicen que los pastores cuidan a las ovejas de esa forma solo en tiempo de primavera en adelante. Y si consideramos los datos bíblicos sobre Zacarías el papá de Johana (Juan) el bautista que era de la orden sacerdotal de Abdías, Contando los turnos desde el comienzo del año, al grupo de Abdías le correspondió servir a comienzos de junio (del 8 al 14 del tercer mes del calendario lunar hebreo). Siguiendo esta hipótesis, si los embarazos de Isabel y María fueron normales, Juan nació en marzo y Jesús en septiembre. Esta fecha sería compatible con la indicación de la Biblia (Lucas 2:8),
 
según la cual la noche del nacimiento de Jesús los pastores cuidaban los rebaños al aire libre, lo cual difícilmente podría haber ocurrido en diciembre. Pero, si se cuentan nueve meses hacia atrás desde Septiembre nos va dar que no fue el nacimiento de Jesús lo que ocurrió en diciembre, sino la concepción por el Espíritu Santo de Miriam (María). Por lo tanto no está tan errada la celebración de la navidad en diciembre”

  Sería una pena desaprovechar la oportunidad que nos dá el mundo de poder decirles en estas fechas que vino a la tierra Cristo encarnado, y como dice el hermoso himno:
 “él dejo su trono y corona por mi, al venir a Belem a nacer”

¡CLARO QUE CELEBRO LA NAVIDAD!
Y TÚ
¿QUE CELEBRAS?
Juan Vizcarra.

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